En este poema el maestro de poetas Federico, diserta sobre una pajarita de papel hecha en una anochecer triste y llena de melancolía.
Un anochecer de esos en los que solo apetece escuchar el ruido de la lluvia en los cristales y leer un libro al calor de la lumbre.
Mientras los recuerdos del corazón acuden a la mente y se esparcen como si los soplaran unos niños.
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