En este poema, el maestro de poetas Federico, se encuentra sentado a la sombra de una vieja encina, e intenta rememorar sus recuerdos, pero estos son tan lejanos que no los puede revivir con la claridad que a él le gustaría.
Por eso le pide a la vieja encina que le cante una canción antigua, mientras que vuelve a echar sus redes hechas de poesía y de esperanza, pero solo vuelve a sacar recuerdos falso de pasiones dormidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario