DEBATE
REFLEXIONES PARA
LA SRA. SORAYA RODRIGUEZ
Barcelona
20/03/2017
A/A. Sra. Soraya Rodríguez
Estimada Sra.
Por medio de la presente, es un placer el
poder dirigirme a Ud. con el fin de poner en su conocimiento las humildes y
probablemente desacertadas reflexiones a las que he podido llegar -por
desgracia para mí, no soy una persona tan preparada e instruida como Ud.-
después de haber presenciado con expectación, como no podía ser de otra forma,
el vivo e interesante debate que ha mantenido Ud. conjuntamente con sus
compañeros de partido apropósito de la campaña que están ustedes llevando
acabo para la elección de un nuevo líder para el partido socialista.
No voy a referirme a todos los puntos, que
ustedes tuvieron a bien hacer objeto de debate, en el que expresaron, cada uno
de ustedes, los argumentos que consideraron más adecuados, según sus puntos de
vista. Por cierto, muy respetables todos ello, claro está
Solo me voy a detener, en un par o tres de
esos puntos, en los que puso Ud. especial énfasis, o al menos eso me pareció a
mí. Discúlpeme si estoy equivocado.
Afirmó Ud. que, en el partido socialista,
no es un partido “Caudillista”.
Siento tener que decirle, que no es esa mi
percepción, permítame por tanto que reflexionemos un poco sobre esta cuestión,
haciendo un poco de historia.
Ud. sabe, mejor que yo y mejor que muchos
militantes, que eso no es del todo cierto, el Psoe, tubo y sigue teniendo su “Caudillo”.
Un “Caudillo”,
que, si bien es cierto que llevo al partido, a vivir una de las épocas más
gloriosas de nuestra historia moderna, con el paso del tiempo, empezó a creerse
que era el elegido de los Dioses y que ostentaba el cargo de presidente por la
gracia de Dios, como se auto alababa el otro “Caudillo” que sufrimos durante cuarenta años.
Este “Caudillo”
moderno, se volvió tan narcisista, que se olvidó por completo, de que, no
eran los Dioses los que le habían aupado al trono, sino los miles de votantes
que creyeron en sus palabras y promesas, las mismas que fue olvidando y dejando
de cumplir a la par que se alejaba cada día, más y más, de quienes, en él
habían confiado.
Las consecuencias de su irresponsable
conducta se tradujeron, en un declive que se fue acentuando con el tiempo y que
aún hoy en día continúa azotando inexorablemente al partido socialista.
Como Ud. debe conocer, -ya que, como le he dicho, considero
que tiene Ud. una amplia cultura y preparación, que para mí ya quisiera- todos
los “Caudillos”, se rodean de
personas más o menos serviles, o abrazafarolas- como decía un periodista famoso
de mi época- que están siempre dispuestos a rendirle pleitesía y a perder el
culo-como se dice vulgarmente- cada vez que su “Caudillo”, toca a arrebato cuando este se huele que su trono puede
estar en peligro.
Fue después de uno de esos toques de
alarma general, allá por el mes de octubre
pasado, cuando los abrazafarolas, al escuchar el silbato, acudieron con
presteza y dedicación plena, a socavar la autoridad del jefe del partido que
los militantes habían elegido de forma legal y honesta.
Por ese motivo me veo en la obligación de
rechazar de plano y con contundencia su afirmación de que su partido no es “Caudillista”, puesto que los hechos me
demuestran todo lo contrario.
En otro momento, se refirió Ud. -y con
orgullo ¿Legitimo? - decía que, se refirió Ud. a las muchas leyes que han
mejorado la situación de nuestros compatriotas.
No estaría de más, que hiciéramos un poco
de memoria y reflexionáramos un momento sobre esta cuestión.
Si bien es cierto que, se consiguieron
avances significativos en muchas materias, los mismos se fueron diluyendo a la
misma velocidad que los dirigentes de su partido se empezaron a considerarse,
por encima del bien y del mal.
Le sugiero que
pregunte, si es que Ud. no está enterada o no las recuerda, por leyes tan
primorosas como, la de la “Patada en la
Puerta” o… la de la “Reforma
Laboral” que obligo a los sindicatos mayoritarios -Alguno de ellos de claro
tinte socialista- a convocar una huelga general, con el fin de defender los
derechos laborales, que los trabajadores habíamos conquistado a base de lucha.
Estas, son solo un
par de ejemplos de las leyes de las que tanto presumen ustedes las cuales me he
permitido recordárselas, con el fin de ayudarle a Ud. y a sus compañeros de
correrías, a reflexionar para ver si consiguen averiguar el declive en el que
está sumergido su partido.
Recriminaba Ud.
-eso lo saben hacer muy bien- al jefe defenestrado, no solo que perdiera dos
elecciones, sino que, para colmo, no fue capaz de articular un pacto de
gobierno, no voy a entrar a analizar por qué no lo pudo lograr, sería muy largo
de explicar y esta carta no considero que sea el espacio más adecuado para
ello.
Lo que si hare
será mencionarle un ejemplo práctico, que estoy seguro que va a entender
fácilmente.
Se trata de lo
siguiente: Convendrá conmigo en que, a ningún panadero se le puede pedir que
nos haga un sabroso y tierno pan blanco, si lo que le proporcionamos para que nos
lo haga, es harina de maíz y una levadura rancia y agria.
Pues esos, fueron
los ingredientes que se le facilitaron, a quienes recibieron el encargo de
negociar el susodicho pacto de gobierno.
No obstante, siguen Ud. recriminado, que
quisiera pactar con los que, según ustedes quieren hacer saltar el país por los
aires, al ser partidarios de una consulta a los ciudadanos, mientras que los
mismos que articulan esas críticas, ocupan sillones presidenciales gracias a su
apoyo.
De verdad, me
recuerdan ustedes al gallo de Morón, que estaba sin plumas y cacareando.
Se me quedan
muchas cosas en el tintero, tales como la falta de democracia en su partido,
ese intento tan bajo y rastrero de controlar la financiación de algún
candidato, la falta de transparencia en la financiación de eventos de otros
presuntos candidatos/as, la falta de claridad en el censo, la falta de
diligencia en la convocatoria de las elecciones primarias y el congreso…
En fin, no quiero
cansarle más con estas aburridas e irreverentes letras, así que de nuevo le
reitero que ha sido un placer el dirigirme a Ud. y le pido disculpas
anticipadas si algunas de mis palabras las considera Ud. ofensivas, le aseguro,
que nada está más lejos de mi intención.
Quedando a su
entera disposición, me despido de Ud. hasta otra ocasión enviándole con la
presente, mi más cordial saludo.
Firmado:
Pera H.
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