MONARQUIA O REPÚBLICA
¿DEBATE OBSOLETO?
En estos tiempos tan cambiantes, tanto en lo técnico
-lo que ayer era tecnología punta, hoy se ha quedado obsoleto- como en lo
político, las opiniones de hoy, mañana se cambian si sentir el más mínimo
rubor.
Estamos asistiendo últimamente a debates, más o
menos intensos, sobre el sistema político que rige los destinos del Estado
Español, en el que vivimos y realizamos nuestras acciones diarias encaminadas a
llevar a buen término las necesidades que nos plantea el hecho de vivir cada
día.
Todos sabemos o deberíamos de saber, que el
susodicho sistema, es la Monarquía Parlamentaria, controlada por una carta
Magna llamada la Constitución de 78, aprobada por una abrumadora mayoría del
pueblo español.
Con reiteración se están levantando cada día nuevas
voces pidiendo el desmantelamiento de dicho sistema político y en su lugar
instaurar otro en forma de República, que en nuestro caso como país sería la
III.
Por los reclamantes de instaurar este último sistema
político en nuestro país, se dan distintos argumentos, tales como que las
Monarquías son unas instituciones arcaicas propias de siglos anteriores, no
aptas para los tiempos modernos en que vivimos. Que fomenta la corrupción del
sistema, por ser esta, una de sus características, tendiendo a tapar los
desmanes que se cometen dentro de la corte. Otro de los argumentos esgrimido
por sus detractores, es que, para las monarquías, los ciudadanos no somos
tales, si no, que somos considerados súbditos o vasallos de los nobles que integran
la institución, negándonos por ello los derechos más elementales e inherente a
la condición de persona.
Sin embargo, estos mismos detractores, se deshacen
en loas y halagos en favor del sistema republicano.
Argumentan que este sistema es mucho más correcto y
justo que la monarquía, ya que reconoce a las personas como tales, preservando,
defendiendo y aplicando los derechos humanos que lleva aparejado el hecho de
ser persona.
Otra de las razones sobre la que descansa su
petición, es que, a diferencia de la monarquía cuyos miembros heredan la
jefatura de los territorios sobre los que reinan, sin que el pueblo pueda
intervenir en la consecución de esta de ninguna manera.
Mientras que en un régimen republicano es el pueblo
el que decide con sus votos, quien será el que ostentará la jefatura del
Estado.
Por el contrario, los monárquicos, se deshacen en
loas sobre la misma, argumentando que la institución proporciona estabilidad al
sistema gubernamental del país donde rige la monarquía.
Que la figura Real, representada por el Rey, es
respetada por cuanto representa la unidad de la nación y es el símbolo de los
distintos poderes del Estado y por lo tanto el encargado de que todos ellos
funcionen con normalidad en bien de todos los habitantes del reino.
Que remontarse a los tiempos en que los nobles y los
reyes consideraban a los ciudadanos cono súbditos o vasallos y que tenían
derecho de pernada, no tiene sentido alguno, por cuanto esos derechos estaban
totalmente abolidos y era inverosímil que algún miembro de la realeza pudiera
hacer uso de ellos.
E incluso ya no rige la norma aquella de que los
nobles no podían emparentar con los plebeyos, sino que, solo podían desposarse
con los miembros de su misma categoría.
Ejemplos de ello lo tenemos en las distintas
monarquías que existen en la actualidad en Europa.
Es después de escuchar a unos y a otros, en favor y
en contra, cuando empiezo a reflexionar y me hago la pregunta… ¿MONARQUIA O
REPÚBLICA?
Y llego a la conclusión de que este es un debate
obsoleto.
Me explicare, creo que no hay un sistema político
para la gobernación de un país, que sea perfecto.
Todos tienen sus pros y sus contras.
Para entender esto hare uso de un ejemplo que me
puso en una ocasión una persona muy reflexiva a la vez que humilde e importante
en mi vida, de la que aprendí muchas cosas, mi padre.
Él un día hablando sobre estas cosas me dijo: Mira,
todos los políticos miraran de aprovecharse de ti, solo que unos más que otros.
Si te sientas a comer aceitunas con un político, que
defiende el sistema capitalista, él procurara por todos los medios comérsela
todas y que tú no te comas ninguna.
Si te sientas con un político, que defienda el
sistema socialista, él procurara por todos los medios, comerse dos mientras que
tú te comes una.
Y si te sientas con un político, que defienda el
sistema comunista, es cierto que él, se comerá una y tú otra, pero él siempre
procurara comerse la más gorda y que tú te comas la más menuda.
Si tenemos presente estas tres reglas, ¿Por qué
sistema nos decantamos?
A ni corto entender la respuesta está clara.
¡Por el menos malo! Lo cual te lleva automáticamente
a otra pregunta… ¿Cuál es el menos malo?
Aquí la respuesta ya no se me antoja tan sencilla,
dependerá del sentir de cada uno.
Para mí el menos malo, es aquel que te permite
realizarte como persona según tus aptitudes e inquietudes.
El que te permita comerte la aceituna que elijas
mientras vigilas que tu contrincante no se coma más de las que les
corresponden. Ni te deja las más menudas o el plato limpio.
Pienso que el sistema que debe imperar sobre los
demás es el que garantice un Estado De Bienestar que de satisfacción a las
necesidades básicas de cuantos individuos lo componen.
El nombre del sistema político que se aplicable en
la nación de ser ese, Estado del Bienestar y luego pónganle el apellido que
quieran, Monarquía o República, me da igual.
Solo les pongo una condición, tanto a un régimen
como al otro. La ineludible obligación de preservar y mejorar el bienestar de
sus súbditos o ciudadanos.
Algo que no podrán eludir bajo pena de abolición del
régimen imperante y el cese automático de cuantos los componen.
Puede parecer una simpleza el no decantarse por un u
otro régimen, yo no lo veo así, por cuanto, como he dicho anteriormente procuro
valorara los defectos y virtudes de los regímenes que nos ocupan.
De Repúblicas tipos la Federal Alemana, la -hasta
hace relativamente poco tiempo- Unión de Repúblicas Soviéticas, Azerbaiyán, Blangladesh,
Venezuela, Chad Corea del Norte, China…
Y de republicanos, tipo Hitler, Stalin, Mussolini, o
de estos más actuales como Trump, Maduro, Salvini… me libre Dios o quien sea y
como sea.
Como también, me libre Dios o quien sea, de monarquías
y monárquicos tipo Arabia Saudí, Brunéi, Marruecos y otras de las muchas por el
estilo que existen en distintos continentes.
Sean bienvenidas monarquías o repúblicas tipos como
las existentes en Europa, que al menos sin ser perfectos, ambos regímenes están
articulados de manera que, mediante ellos, se consigue un Estado de Bienestar bastante
o muy aceptable en su conjunto que es, al fin y al cabo, el deseo de la mayoría
del común de los mortales.
En resumidas cuentas, el verdadero debate, hoy en
día, creo que no es el de monarquía o república, sino que, sobre lo que debiéramos
debatir largo y tendido es en como podemos hacer que el Estado del Bienestar
sea sostenible y duradero para que nuestros descendientes tengan un presente próspero
y tengan la seguridad de que sus necesidades futuras están bien cubiertas.
Autor: Pera H.
Fecha: junio de 2019
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