martes, 13 de septiembre de 2016

Granada


A GRANADA

En los aires malaheños

Resuenan aun los suspiros.

Que de su pecho escaparon

Cuando se volvió a mirarla.

En lo alto del montículo

El rey moro suspiraba

Y con lágrimas en los ojos

Se despidió de Granada.

Cuando en su lejano exilio

A él la muerte le alcanza…

¡Raudo…!

Raudo su espíritu vuela

Al encuentro de la Alhambra.

Y desde entonces…

 El hechizo moro

Se refleja en los ojos

De la mujer de Granada.



Autor: P.H.

  1. Septiembre: 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario