INDIGNADO Y ENGAÑADO
No soy muy proclive a
expresar mis opiniones políticas, y menos públicamente, porque en esto, como
casi todo en la vida, “nada es verdad ni nada es mentira todo depende del color
del cristal con que se mira”, como parece ser que dijo algún personaje famoso.
Otra razón por lo que no me
hace salero expresar dichas opiniones, es porque creo que son un poco
especiales y quizás no sean del gusto de muchos, lo cual, por cierto, me
importa un pimiento, como se suele decir.
Dicho esto, voy a hacer una
excepción con motivo de los deleznables acontecimientos que estos días se están
sucediendo en el viejo país de la piel de toro.
INDIGNADO. -
Me indigna de sobremanera,
sentir en todos los medios de comunicación habidos y por haber, a tanto vocero –
que es en lo que se han convertido- pertenecientes a partidos de rancio
abolengo establecidos en nuestra sociedad, revelando el contenido de
conversaciones mantenidas en privado con otras personas.
Este tipo de personajes tiene
nombre común, y no uno solo sino varios; Se les suele llamar… Bocazas, chismosos, marujones y hasta
chivatos.
Este tipo de personajes me
indignan y me llenan de asco.
También me indignan, y llenan
de asco, los que, en según qué ocasiones, te abrazan, sonríen y te llenan de
alabanzas, cuando sus sentimientos hacia ti son totalmente contrarios a lo que
te están expresando exteriormente.
Estos también tienen uno o
varios nombres comunes, a saber: Traidores
hacia tu persona, rastreros y más comúnmente, lameculos.
A estos personajes, lo único
que les tengo es un desprecio absoluto, bajo mi punto de vista no son dignas de
otra cosa.
Hay otra categoría de
personajes, que no se si aún son más despreciables que los anteriores, son
aquellos que no van de frente por la vida, y ni siquiera son capaces de
marcharse de donde están por sí mismo, necesitando que otros les abran la
puerta de salida, y les diga a los que quedan dentro, que ya no cuenten más con
él.
Y para colmo, ¡Aun pretenden
seguir mangoneando en el sitio de donde se ha ido! Cuando te vas de un sitio,
lo primero que tienes que hacer es, recoger los efectos personales que tengas en
tu taquilla, porque si no lo haces, lo más probable es que no te dejen entrar
por ellos una vez que hayas cruzado la puesta de salida, y te puedes dar con un
canto en los dientes si te los sacan en una caja, en vez de tirártelos todos a
la basura.
Cobardes, es
su nombre común, cobardes que se van con el rabo entre las patas como perro
apaleado.
Por último, existe otra
categoría de personajes tan vomitivos o más que los anteriores, abundan mucho
en nuestra sociedad y son muy utilizados por los de las categorías precedentes.
Son los que se encargan de traer y llevar los chismes y trapos sucios de los
bocazas, traidores y cobardes, que no serían nada sin ellos.
Se les conoce con el nombre
de: Correveidiles; Son personajes
abominables, por cuanto su subsistencia depende de la voluntad de quienes les
tienen encadenados cual esclavo de tiempos remotos.
Una vez descrita las
distintas categorías -siempre bajo mi punto de vista- de personajes que, por
desgracia, tanto abundan en nuestra sociedad, y que por cierto, me han alejado
un poco del tema al que quería referirme, paso a comentar el mismo.
ENGAÑADO. -
Esto es a lo que me quería
referir, yo también me siento engañado… ¡Estoy en mi derecho!; ¿no?, o… ¿solo
pueden sentirse engañados los prominentes personajes públicos y de otras
índoles…? Y no es que me sienta engañado, no, ¡Es que me han engañado en toda
la extensión de la palabra!; Me engañaron y me engañan, los políticos que han
gobernado y gobiernan este bendito país, que cuando no tienen el poder prometen
y dicen unas cosas y cuando lo ostentan, hacen radicalmente lo contrario de lo
que prometieron o dijeron, en grandes titulares y carteles, cambiaron de
opinión como de camisa y chaqueta, pasaron de la camisa a cuadros y el jersey
de cuello alto, y la chaqueta de ante, a
la camisa blanca con gemelos, la
pajarita y el esmoquin.
Esto de practicar el… “Donde
dije digo, digo Diego”, es algo que por lo visto es inherente a nuestra clase
política. Unos decían, “OTAN, de
entrada, NO”, y otros que subir el “IVA”,
era una aberración, y al día siguiente de ostenta el poder, rectificaron sus
opiniones, pasando a querer convencernos de las excelencias de la entrada en la OTAN, y de las ventajas que conllevaba
la subida de tres puntos del IVA.
Por consiguiente, no sé de
qué se extrañan algunos de esos políticos jubilados -a los que le estamos
pagando su dorado retiro, y que el mejor servicio que le pueden hacer a su país
y a su gente, es dedicarse a disfrutar al máximo de este manteniendo su boca
sellada- de que haya políticos modernos que cambian de opinión que es algo que
han aprendido de sus precursores.
Hecho este, -el cambio de
opinión de los nuevos políticos- que no se constata por ningún lado, ya que,
hasta la saciedad, por activa y por pasiva, le hemos escuchado repetir la misma
cantinela. “No es NO”.
Y como… “A, perro flaco todo
se le vuelven pulgas…”; Podemos decir que al engañado todo se le vuelven
engaños.
Pera H.
29/09/2016
Indignación es donde un político tiene las máximas prestaciones cuando se jubila sin haber dado un golpe al agua, mientras un currante tiene que estar cotizando hasta el último día de trabajo y nosotros lo permitimos.
ResponderEliminarEngañar es prometer y no cumplir lo que ha prometido y nosotros lo permitimos. En este triste país solo recogemos firmas para gilipolleses.
Compañero Pera, algun día daremos un paso adelante.
El indignado y engañado Diego.
Un saludo