jueves, 29 de septiembre de 2016

Indgnado y Engañado



INDIGNADO Y ENGAÑADO

No soy muy proclive a expresar mis opiniones políticas, y menos públicamente, porque en esto, como casi todo en la vida, “nada es verdad ni nada es mentira todo depende del color del cristal con que se mira”, como parece ser que dijo algún personaje famoso.

Otra razón por lo que no me hace salero expresar dichas opiniones, es porque creo que son un poco especiales y quizás no sean del gusto de muchos, lo cual, por cierto, me importa un pimiento, como se suele decir.

Dicho esto, voy a hacer una excepción con motivo de los deleznables acontecimientos que estos días se están sucediendo en el viejo país de la piel de toro.

INDIGNADO. -

Me indigna de sobremanera, sentir en todos los medios de comunicación habidos y por haber, a tanto vocero – que es en lo que se han convertido- pertenecientes a partidos de rancio abolengo establecidos en nuestra sociedad, revelando el contenido de conversaciones mantenidas en privado con otras personas.

Este tipo de personajes tiene nombre común, y no uno solo sino varios; Se les suele llamar… Bocazas, chismosos, marujones y hasta chivatos.

Este tipo de personajes me indignan y me llenan de asco. 

También me indignan, y llenan de asco, los que, en según qué ocasiones, te abrazan, sonríen y te llenan de alabanzas, cuando sus sentimientos hacia ti son totalmente contrarios a lo que te están expresando exteriormente.

Estos también tienen uno o varios nombres comunes, a saber: Traidores hacia tu persona, rastreros y más comúnmente, lameculos.

A estos personajes, lo único que les tengo es un desprecio absoluto, bajo mi punto de vista no son dignas de otra cosa. 

Hay otra categoría de personajes, que no se si aún son más despreciables que los anteriores, son aquellos que no van de frente por la vida, y ni siquiera son capaces de marcharse de donde están por sí mismo, necesitando que otros les abran la puerta de salida, y les diga a los que quedan dentro, que ya no cuenten más con él.

Y para colmo, ¡Aun pretenden seguir mangoneando en el sitio de donde se ha ido! Cuando te vas de un sitio, lo primero que tienes que hacer es, recoger los efectos personales que tengas en tu taquilla, porque si no lo haces, lo más probable es que no te dejen entrar por ellos una vez que hayas cruzado la puesta de salida, y te puedes dar con un canto en los dientes si te los sacan en una caja, en vez de tirártelos todos a la basura.    

Cobardes, es su nombre común, cobardes que se van con el rabo entre las patas como perro apaleado. 

Por último, existe otra categoría de personajes tan vomitivos o más que los anteriores, abundan mucho en nuestra sociedad y son muy utilizados por los de las categorías precedentes. Son los que se encargan de traer y llevar los chismes y trapos sucios de los bocazas, traidores y cobardes, que no serían nada sin ellos.

Se les conoce con el nombre de: Correveidiles; Son personajes abominables, por cuanto su subsistencia depende de la voluntad de quienes les tienen encadenados cual esclavo de tiempos remotos. 

Una vez descrita las distintas categorías -siempre bajo mi punto de vista- de personajes que, por desgracia, tanto abundan en nuestra sociedad, y que por cierto, me han alejado un poco del tema al que quería referirme, paso a comentar el mismo.



ENGAÑADO. -

Esto es a lo que me quería referir, yo también me siento engañado… ¡Estoy en mi derecho!; ¿no?, o… ¿solo pueden sentirse engañados los prominentes personajes públicos y de otras índoles…? Y no es que me sienta engañado, no, ¡Es que me han engañado en toda la extensión de la palabra!; Me engañaron y me engañan, los políticos que han gobernado y gobiernan este bendito país, que cuando no tienen el poder prometen y dicen unas cosas y cuando lo ostentan, hacen radicalmente lo contrario de lo que prometieron o dijeron, en grandes titulares y carteles, cambiaron de opinión como de camisa y chaqueta, pasaron de la camisa a cuadros y el jersey de cuello alto,  y la chaqueta de ante, a la camisa blanca con gemelos,  la pajarita y el esmoquin.

Esto de practicar el… “Donde dije digo, digo Diego”, es algo que por lo visto es inherente a nuestra clase política. Unos decían, “OTAN, de entrada, NO”, y otros que subir el “IVA”, era una aberración, y al día siguiente de ostenta el poder, rectificaron sus opiniones, pasando a querer convencernos de las excelencias de la entrada en la OTAN, y de las ventajas que conllevaba la subida de tres puntos del IVA.

Por consiguiente, no sé de qué se extrañan algunos de esos políticos jubilados -a los que le estamos pagando su dorado retiro, y que el mejor servicio que le pueden hacer a su país y a su gente, es dedicarse a disfrutar al máximo de este manteniendo su boca sellada- de que haya políticos modernos que cambian de opinión que es algo que han aprendido de sus precursores.

Hecho este, -el cambio de opinión de los nuevos políticos- que no se constata por ningún lado, ya que, hasta la saciedad, por activa y por pasiva, le hemos escuchado repetir la misma cantinela. “No es NO”.

Y como… “A, perro flaco todo se le vuelven pulgas…”; Podemos decir que al engañado todo se le vuelven engaños.      

Pera H.

29/09/2016




martes, 27 de septiembre de 2016

Pena, Nostalgia y Rabia



PENA, NOSTALGIA Y RABIA



 PENA. - Da pena ver y escuchar a los políticos de hoy en días… ¡¡A todos los políticos!!; Que rigen o quieren regir los destinos de este viejo país en el que vivimos y por extensión el de todos cuantos en él habitamos.

A unos, da pena escucharlos, porque se llenan la boca de patriotismo pero no lo demuestran con hechos, ni con ningún sacrifico de tipo alguno, siguen aferrándose a sus sillones como si el mejor y más homologado soldador los hubieran soldado a él, y le exigen a los demás lo que ello no están dispuestos a hacer.

Otros predican a grito pelado lo que, según ellos, se debe hacer para regenerar la tan deteriorada vida política de este país, y por ente, regenerar también la vida de sus habitantes, hablan de progreso, de salvar a la gente… etc. etc. etc.

Pero cuando les surge la ocasión de llevar eso a la práctica, se les llena la boca de cal viva, enterrando con ella la posibilidad de realizar lo que con tanto ahínco predican.

También dan un poco de pena, los que intentan a toda costa poner remedio a la situación a la que nos han llevado, de una forma u otra los restantes actores de esta comedia, que amenaza con convertirse en una tragicomedia que lamentaríamos todos y muy especialmente los que pertenecemos al pueblo simple y llano.

Estos últimos, infunden pena, porque, aunque lo intentan de mil maneras, sin el menor atisbo de éxito, nadie les reconoce sus esfuerzos que se vuelven inexorablemente contra ellos, algo que resulta incompresible, estos son casi dignos de admirar por su tesón y su empeño.

Pena, verdadera pena da, el ver como el partido de los “Cien años de honradez” se ha convertido en una marioneta por mor de sus dirigentes tanto antiguos como modernos.

Siempre he sentido, porque así lo predicaban, que era un partido de izquierda, y ahora muchos de sus dirigentes se desgañitan gritando que hay que apoyar a un partido de derecha.

Da pena, mucha pena, escuchar a exdirigentes y dirigentes en activo de este partido que se tiene facilitar el que sigan gobernando los que nos han llevado a la situación de corrupción generalizada que asola a nuestro país.  


 NOSTALGIA. - Se siente nostalgia, de aquellos políticos que hacían verdadera y sana política, que no es otra, que la se lleva a cabo pensando en el beneficio del mayor número de personas posible. Políticos con mayúsculas, de un signo o de otro, que debatían y defendían sus ideales con consistentes argumentos.

Políticos de la talla de, por ejemplo: Ernets Lluchs, Gregorio Peces Barba, Marcelino Camacho, Nicolás Redondo, Don Enrique Tierno Galván (“El Viejo Profesor”), Santiago Carrillo, Miguel Herrero de Muñón, y… ¿Por qué no?; el Sr. Fraga Iribarne, estos y tantos otros que a pesar de sus diferencias ideológicas, eran capaces de sentarse en torno a una mesa y sacrificar parte de su ideario, para conseguir que sus compatriotas - (que somos nosotros) – llegáramos a disfrutar de un nivel de bienestar hasta entonces desconocido en nuestro país. Políticos que no iban de corrillo en corrillo vociferando por los platós de televisión ni estudios radiofónicos tirándose atraves de ellos sus miserias los uno a los otro.

Yo siempre he escuchado decir que… “los trapos sucios se lavaban en casa”. 


RABIA. – Te entra rabia, al escuchar a personajes que lo han sido todo en política, y en sus partidos, decir que se tiene que permitir que sigan haciendo de las suyas, a los que han arruinado el estado de bienestar por el que tanto se ha luchado en este país.

Se siente vergüenza ajena, al escuchar a personajes importantes de su partido decir que abandoran el partido que les ha dado todo, si su secretario general intenta que los que nos han llevado a esta situación de miseria que vivimos se vean obligados a saltar de sus sillones.

¿Sera que temen perder su privilegiada posición en consejos de administraciones y otras cosas por el estilo, donde parece ser que se aburren, pero donde cobran principescos sueldos?; Otros… ¿se habrán equivocado de partido?; Esto últimos… ¿No se sentirían más a cómodos militando en el partido para el que claman el apoyo?;

Da rabia, que dirigente que presumen de fortaleza porque sus conciudadanos le otorgaron su confianza, solo sean capaces de eso, de presumir, y si embargo no sean capaces de solucionar los problemas que acucian a los que tan generosamente le otorgaron su confianza, y encima pretenden gobernar a todos los españoles… Como se suele decir… ¡¡Que Dios nos pille confesados…!!

Por estas cosas y otras muchas que me dejo en el tintero es por lo que, a día de hoy siento… PENA, NOSTALGIA Y RABIA.

PERA H.

27/09/2016

Pena, Nostalgia y Rabia



PENA, NOSTALGIA Y RABIA



 PENA. - Da pena ver y escuchar a los políticos de hoy en días… ¡¡A todos los políticos!!; Que rigen o quieren regir los destinos de este viejo país en el que vivimos y por extensión el de todos cuantos en él habitamos.

A unos, da pena escucharlos, porque se llenan la boca de patriotismo pero no lo demuestran con hechos, ni con ningún sacrifico de tipo alguno, siguen aferrándose a sus sillones como si el mejor y más homologado soldador los hubieran soldado a él, y le exigen a los demás lo que ello no están dispuestos a hacer.

Otros predican a grito pelado lo que, según ellos, se debe hacer para regenerar la tan deteriorada vida política de este país, y por ente, regenerar también la vida de sus habitantes, hablan de progreso, de salvar a la gente… etc. etc. etc.

Pero cuando les surge la ocasión de llevar eso a la práctica, se les llena la boca de cal viva, enterrando con ella la posibilidad de realizar lo que con tanto ahínco predican.

También dan un poco de pena, los que intentan a toda costa poner remedio a la situación a la que nos han llevado, de una forma u otra los restantes actores de esta comedia, que amenaza con convertirse en una tragicomedia que lamentaríamos todos y muy especialmente los que pertenecemos al pueblo simple y llano.

Estos últimos, infunden pena, porque, aunque lo intentan de mil maneras, sin el menor atisbo de éxito, nadie les reconoce sus esfuerzos que se vuelven inexorablemente contra ellos, algo que resulta incompresible, estos son casi dignos de admirar por su tesón y su empeño.

Pena, verdadera pena da, el ver como el partido de los “Cien años de honradez” se ha convertido en una marioneta por mor de sus dirigentes tanto antiguos como modernos.

Siempre he sentido, porque así lo predicaban, que era un partido de izquierda, y ahora muchos de sus dirigentes se desgañitan gritando que hay que apoyar a un partido de derecha.

Da pena, mucha pena, escuchar a exdirigentes y dirigentes en activo de este partido que se tiene facilitar el que sigan gobernando los que nos han llevado a la situación de corrupción generalizada que asola a nuestro país.  


 NOSTALGIA. - Se siente nostalgia, de aquellos políticos que hacían verdadera y sana política, que no es otra, que la se lleva a cabo pensando en el beneficio del mayor número de personas posible. Políticos con mayúsculas, de un signo o de otro, que debatían y defendían sus ideales con consistentes argumentos.

Políticos de la talla de, por ejemplo: Ernets Lluchs, Gregorio Peces Barba, Marcelino Camacho, Nicolás Redondo, Don Enrique Tierno Galván (“El Viejo Profesor”), Santiago Carrillo, Miguel Herrero de Muñón, y… ¿Por qué no?; el Sr. Fraga Iribarne, estos y tantos otros que a pesar de sus diferencias ideológicas, eran capaces de sentarse en torno a una mesa y sacrificar parte de su ideario, para conseguir que sus compatriotas - (que somos nosotros) – llegáramos a disfrutar de un nivel de bienestar hasta entonces desconocido en nuestro país. Políticos que no iban de corrillo en corrillo vociferando por los platós de televisión ni estudios radiofónicos tirándose atraves de ellos sus miserias los uno a los otro.

Yo siempre he escuchado decir que… “los trapos sucios se lavaban en casa”. 


RABIA. – Te entra rabia, al escuchar a personajes que lo han sido todo en política, y en sus partidos, decir que se tiene que permitir que sigan haciendo de las suyas, a los que han arruinado el estado de bienestar por el que tanto se ha luchado en este país.

Se siente vergüenza ajena, al escuchar a personajes importantes de su partido decir que abandoran el partido que les ha dado todo, si su secretario general intenta que los que nos han llevado a esta situación de miseria que vivimos se vean obligados a saltar de sus sillones.

¿Sera que temen perder su privilegiada posición en consejos de administraciones y otras cosas por el estilo, donde parece ser que se aburren, pero donde cobran principescos sueldos?; Otros… ¿se habrán equivocado de partido?; Esto últimos… ¿No se sentirían más a cómodos militando en el partido para el que claman el apoyo?;

Da rabia, que dirigente que presumen de fortaleza porque sus conciudadanos le otorgaron su confianza, solo sean capaces de eso, de presumir, y si embargo no sean capaces de solucionar los problemas que acucian a los que tan generosamente le otorgaron su confianza, y encima pretenden gobernar a todos los españoles… Como se suele decir… ¡¡Que Dios nos pille confesados…!!

Por estas cosas y otras muchas que me dejo en el tintero es por lo que, a día de hoy siento… PENA, NOSTALGIA Y RABIA.

PERA H.

27/09/2016

La Tienda

La  tienda más antigua de Europa, esta en Huesca.

jueves, 22 de septiembre de 2016

A Gaucin




A GAUCIN



En lo alto de la cima
Entre el Castillo y el Hacho
Se extiende este hermoso pueblo
De luminosa blancura, al que llamamos Gaucin.
Por sus calles…
Unas llanas y otras de empinadas cuestas
Pasean mil visitantes que de su encanto se prendan.
Lleno… de románticos rincones
Donde el amor se aposenta despertando las pasiones.
Los artistas del pincel, sobre su lienzo lo plasman
Y fotógrafos del mundo hacen de él una estampa.
Escritores ilustres y otros que no lo son tanto
De ti dicen alabazas, en prosa, verso y romanza.
En tus verdes prados, se libró batalla
Donde perdiera la vida Él que el puñal arrojara.
Le decían “Guzmán el Bueno” y Antonio Pérez, se llama.
Por tus caminos tortuosos caminaba Juan Ciudad.
En un recodo del camino con un Niño tropezó
Lloraba desconsolado y hasta Él, Juan se acerco
Lo apretó contra su pecho para darle su calor.
Con Él entre sus brazos, Juan su camino siguió.
En la fuente la Adelfilla, un respiro se tomó.
Poniendo al Niño en el suelo
Con el agua cristalina
Se enjugaba su sudor.
Al volverse por el Niño
Potente luz le cegó
La que desprendía el Niño
Envuelto, en suntuoso mantón.
Con sus ojos entornados
del Niño estas palabras escucho:
“Juan, Granada será tu Cruz”
Desapareciendo al instante
Y solo Juan se quedó.
Cuando llego a Granada
Se cumplió la profecía
Tal como el Niño anuncio.
Por eso, en este precioso pueblo
Desde entonces, se venera
Al Niño y San Juan de Dios.  
                                                                                      

Autor: P.H.

Fecha: 22/09/2016




martes, 20 de septiembre de 2016

El Árbol que Engaño al Diablo

"EL ÁRBOL QUE ENGAÑÓ AL DIABLO"   
Sirva este relato de homenaje a la memoria de mi padre, conocido como Pedro “El del Tejar”.
Del cual aprendí muchas cosas, pero sobre todo a ser un hombre honesto tanto como él lo era.
El relato dice así:
¿Saben ustedes cual es el árbol que engañó al diablo?; si lo saben pues nada, hasta aquí hemos llegado, y no hace falta que sigan leyendo, pero si no es así, yo les explicaré, como a mí, en su momento me lo contó mi padre, de que árbol se trata y las circunstancias que contribuyeron al engaño del "Maligno"
Un día de verano, caluroso y seco, de esos que solo se dan en nuestra Andalucía, se afanaba un agricultor en recoger la poca cosecha que le había producido su pequeña finca.
Cada año era lo suficientemente abundante como para paliar las necesidades suyas y de su familia, durante los duros y largos meses de otoño e invierno.
 Aquel año la cosecha había sido muy escasa y por tanto preveía que no tendría suficientes recursos para satisfacer las necesidades de su casa.
 Esto le traía a mal traer, entregado a sus labores, el buen hombre no paraba de pensar en cómo se las ingeniaría para suplir esos recursos y que no faltara los alimentos y demás cosas necesaria para poder subsistir al duro invierno.
Solo se le ocurría encomendarse a Dios y a todos los Santos habidos y por haber, así pasaba un día tras otros y no comprendía como ninguno de ellos le daba solución alguna.
 Ya harto de esperar, mientras vareaba un algarrobo que tenía en su finca exclamó:
- ¡Si no me dais solución, tendré que encomendarme al Diablo!, todo sea por que a mis hijos no le falte de nada. 
El Diablo que siempre está al acecho del mal que sufra cualquier ser humano y que de tonto no tiene ni un pelo, o al menos eso pensaba Él. 
Al escucharlo, vio la oportunidad de liar a aquel buen hombre, el cual no había terminado su frase, cuando por arte de magia, apareció ante él una figura que le dijo: ¡Yo soy el Diablo!, ¡Cuéntame tus desdichas y pesares y al momento estos serán resueltos!
Sorprendido, sin dar crédito a lo que le estaba ocurriendo, acertó a preguntar: a cambio ¿Qué tendré que darte?
- ¡Tu alma! Le contestó el diablo
- ¿Cómo sé que no me engañas?, al campesino la vida le había enseñado que las cosas tienen un precio y que no se puede uno fiar de nadie, así como así.
- ¿Ves esta moneda?, le dijo el Diablo, depositando en la mano del campesino una moneda con un pequeño agujero en el centro parecida a las de cincuenta céntimos de curso legal que circulaban por aquellos entonces diferenciándose de aquellas en el brillo que despedía al reflejarse en ella los rayos del sol que se filtraban por entre las ramas del algarrobo que el campesino vareaba.
- Cómo puedes apreciar esta moneda es de oro puro, con su valor podrías paliar tus necesidades y la de tu familia, continúo diciendo el Diablo, pero quiero ser generoso contigo, añadió.
- Mira, ya sabes que, subiendo a la sierra, a mitad del camino se encuentra el voluminoso tajo que tu bien conoces, en la grieta que tiene en su lateral derecho te dejare un quintal lleno de monedas como esta, no tengas miedo nadie excepto tú, podrá verlo, así podrás disponer como más te convenga de las monedas que habrá en su interior, que serán muchas y valiosas.  
Escuchaba el campesino, pensativo y asombrado, la disertación del Diablo pensaba que vivía una pesadilla, pero el brillo reluciente de la moneda le tenía encandilado.
 Rápidamente sopeso los pros y los contras, y acepto el trato que le proponía el Diablo, pero con una condición, le dijo: me tienes que dar tiempo para solucionar los problemas de mi familia.
-De acuerdo, entonces... ¿Cuándo vengo a buscar tu alma?
- Vuelve a buscarla el año que viene, cuando en este algarrobo no queden algarrobas.
El trato quedo refrendado de esta manera, el campesino encontró el quintal de monedas, con las que soluciono los problemas de su familia y transcurrido el año, llego el momento de cumplir su parte del trato.
Otra vez volvió a tener delante de si al tan temido Diablo. 
- Ha llegado la hora en que me pagues lo que me debes. Le dijo el Diablo
- ¿Cómo que ha llegado la hora?, exclamo el campesino.
- Claro, habíamos convenido en que vendría a buscar tu alma cuando en el algarrobo no quedaran algarrobas, y ya has recogido las últimas, así que págame lo acordado, le inquirió el Diablo.
- ¡Como las últimas! ¡Estas confundido!, mira bien el árbol y veras que aún quedan en él algarrobas, no son tan grande como las que acabo de recolectar pues son pequeñas y serán las que recolecte el año que viene.
Así lo hizo el Diablo y vio que en el árbol ya crecían las del año siguiente, con lo que a pesar de ser tan listo y "Diablo" no le quedó más remedio que marcharse sin su presa, ya que entre el campesino y el árbol se la habían dado con queso.
El árbol que engaño al Diablo es el ALGARROBO, puesto que a este árbol cuando se le recolecta el fruto de un año ya tiene en ciernes el del año siguiente.
De este relato, que como he dicho me contó mi padre, la conclusión que saco es que no se debe de actuar en la vida, menos preciando a los demás y ufanándonos de nosotros mismos, si no que debemos de actuar con humildad y honestidad.

Autor: P. H.
Fecha: 2016

viernes, 16 de septiembre de 2016

Video de ismael

La Llave


Esto que os voy a contar sucedía inexorablemente, noche si, noche no, y la de en medio también.

    En el pueblo donde vivía, y hace mucho tiempo ya, había un taller de zapatería, cerca de la casa que habitaba con mi familia.

Este taller era zapatería por la mañana y taberna por la noche. Tanto la zapatería como la taberna la regentaba un señor del que no quiero recordar su nombre y cuya señora pongamos que se llamaba Bienvenida o como ustedes quieran llamarla.

 El matrimonio, porque estaban casados -en aquellos tiempos era imposible que convivieran una mujer y un hombre sin haber pasado por la vicaría, además era ilegal y te podían acusar de un delito de concubinato-  vivían en algún lugar de nuestro encantador pueblo.

Todos los días al atardecer, la señora se personaba en la zapatería/taberna con el fin de ayudar a su marido en los trabajos propios de la misma, principalmente, en todo lo concerniente a la elaboración de las sabrosas tapas con las que se tenía por costumbre acompañar los caldos procedentes de la excelente uva que se cosechaban y se cosechan en nuestro pueblo, y otros caldos traídos de distintos lugares de Andalucía.

Una vez finalizada la atención a cuantos clientes que habían tenido el placer de degustar los susodichos caldos con sus correspondientes tapas, llegaba la hora de proceder al cierre de la zapatería/taberna.

Siendo este el momento en el que daba comienzo el ritual nocturno que inexorablemente se repetía a diario.

     Cerraban las pesadas puerta de madera, con las que garantizaban la inaccesibilidad

al local propiamente dicho, estas a su vez, se aseguraban mediante la cerradura

accionada por una de aquellas pesadas llaves de hierro forjado con que se cerraba

la mencionada cerradura en la antigüedad.

      El marido, después de dar los giros necesarios a la llave le decía a la señora

“Bienvenida, cerrado” a lo que esta le contestaba afirmativamente.

      Acto seguido el hombre giraba la llave de la cerradura en sentido contrario

diciéndole a la señora “Bienvenida, abierto” y de nuevo asentía esta.

      Repetían la operación de forma continuada durante quince o veinte minutos

al cabo de los cuales se daban por satisfechos y emprendía el camino hacia su casa.

      Recorrían los primeros pasos hasta llegar a la altura de mi casa, desde donde volvían sobre sus pasos hasta la puerta de la taberna y de nuevo comenzaban el ritual de abrir y cerrar la cerradura de la puerta durante otro buen rato hasta que por fin se convencían de que habían echado la llave definitivamente.

A nosotros, que escuchábamos la función desde mi casa cada noche, nos hacía gracia la insistencia con que repetían una y otra vez la acción de cierre y apertura de la cerradura.

   Al final terminamos por acostumbrarnos a esa forma tampoco corriente de cerciorarse de que cerradura de la puerta había quedado asegurada y nadie podía tener acceso a la zapatería/taberna sin la pertinente llave.

Por supuesto que no adquirimos la costumbre tan particular de asegurarnos de que la cerradura de nuestra puerta estaba herméticamente cerrada con su correspondiente llave.

   Este es un hecho, más o menos gracioso, de los muchos que seguro que acontecían en nuestro pueblo a diario el cual relato para quede constancia y lo conozca también nuestros paisanos.



Auto: P.H.

jueves, 15 de septiembre de 2016

La Zurrapa


ANÉCDOTA DE LA ZURRAPA DE LOMO

  Esto ocurrió hace tiempo en el taller donde trabaja. Siempre que he ido de vacaciones, a mi pueblo, al volver me he traído alguna tarrina de zurrapa de lomo, porque no es que me gusta... ¡Es que me pirra...!.
En los talleres de por aquí entre las nueve y las diez de la mañana se hace un alto para "anem a esmurzar" (ir a almorzar)-a la comida del medio día se le llama "dinar"- así que todos llevamos nuestro buen "bocata" del que dábamos cuenta durante esos momentos.
Yo, mientras tenia zurrapa, día sí día no y el de en medio también, llevaba mi buena barra de pan bien untada de zurrapa.
La primera vez que los compañeros vieron mi "bocata" de zurrapa me miraron extrañados puesto que no sabían qué clase de comida era aquella, dándole yo la correspondiente explicación, e invitándolos a degustarla, les agrado a unos más que a otros.

 Solíamos hacer asistencias técnicas a otras empresas que requerían nuestros servicios, circulaban unas furgonetas de alquiler de una casa llamada Ruzafa. Un día al desplazarnos para realizar una asistencia, nos topamos por la carretera con una de esas furgonetas, al verla, mi compañero grito con énfasis: ¡Pedro, Pedro!, ¡mira por donde va tu bocadillo de Ruzafa!

Así fue como por arte de mi compañero, mi almuerzo se convirtió en furgoneta. Menos mal que en vez de ser de "Ruzafa", era de zurrapa y pude deleitarme con él mientras me lo zampaba entero. Bueno es un poco de rollo, pero en su momento para mi tuvo su gracia.

Autor: P. H.

martes, 13 de septiembre de 2016

Granada


A GRANADA

En los aires malaheños

Resuenan aun los suspiros.

Que de su pecho escaparon

Cuando se volvió a mirarla.

En lo alto del montículo

El rey moro suspiraba

Y con lágrimas en los ojos

Se despidió de Granada.

Cuando en su lejano exilio

A él la muerte le alcanza…

¡Raudo…!

Raudo su espíritu vuela

Al encuentro de la Alhambra.

Y desde entonces…

 El hechizo moro

Se refleja en los ojos

De la mujer de Granada.



Autor: P.H.

  1. Septiembre: 2016