En este soneto el maestro de poetas Federico, expresa su dolor y su malestar por el desprecio a que lo somete la persona amada mientras comparten el mismo lecho.
Los dos pasan la noche sin dormir enfrascados en sus dolorosos pensamientos y llorando sus penas.
Al amanecer el sol entra por el balcón y los encontró a los dos acurrucados y se dieron cuenta que aun con el corazón amortajado debía de seguir viviendo.
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