miércoles, 4 de diciembre de 2019

VERGÜENZA AJENA


VERGÜENZA AJENA

CARTA ABIERTA A LOS/AS SEÑORES/AS DIPUTADOS/AS ESPAÑOLES/AS DE LA XIV LEGUISLATURA

  4/12/2019

    Buenos días, Señoras y Señores Diputados.

Muy señores/as míos:

Me tomo la libertad de dirigirme a Sus Señorías, invocando, el que creo, que es mi derecho a expresarme libremente, derecho que por suerte está recogido, si no me equivoco, en el Art. N.º 20 de nuestra Constitución, promulgada en el año 1978, que, por cierto, respaldó por abrumadora mayoría -yo entre ellos- el pueblo español hace cuarenta años, cuarenta y uno el próximo día seis del mes en curso.

Señoras y Señores diputados:

En primer lugar, permítanme que de las gracias.

Quiero dar mis más expresivas gracias, al Sr. Diputado que ha ejercido de Sr. presidente de la Mesa de Edad en la sección de Constitución de la presente Legislatura. Ese sr. mayor de pelo y barba blanca, que ha tenido la dignidad suficiente, la honradez y la valentía de pedirnos perdón por la torpeza de los Sres./as. Diputados/as de la anterior legislatura, que no fueron capaces de llevar a buen término la tarea encomendada por el pueblo español.
Gracias Sr. Diputado por su gesto, que demuestra que es usted digno de la confianza que hemos depositado en usted.

Señoras y Señores Diputados:

He titulado esta carta, “VERGÜENZA AJENA”, lo he hecho con esas palabras, porque ese ha sido mi sentimiento, al observar atraves de los medios de comunicación las escenas acontecidas durante la constitución del Congreso de España.

Escenas tan bochornosas, como la de una secretaria leyendo los nombres de personas, que en absoluto habían sido elegidas en representación a nadie, ¡Que falta de respeto a todos los elegidos! Y no solo a ellos si no, al mismísimo presidente de la Cámara y a todos los españoles, ¿Acaso se piensa esta Sra. Diputada que no sabemos elegir a nuestros representantes? O... ¿Es que cree que tenemos que elegir a los que a ella le sean de su agrado? O... ¿También cree que nos tiene que decir, a quienes tenemos que elegir? No, Sra. Diputada, no, elegimos a los que creemos conveniente, ya que, por suerte, tenemos libertad para ello.

Y por muchos nombres de delincuentes que usted lea, no nos va a hacer cambiar de parecer. Lo que no he entendido, por qué solo se limitó usted a leer cuatro o cinco nombre. ¡Con lo pródiga que ha sido la política española en los últimos tiempos en este tipo de personajes!

Que por desgracia para todos, han abundado y… ¡Mucho!

Sra. Ser. Diputadas/os:

Otro hecho que causa vergüenza ajena, al menos a mí, amen de las carreras y discusiones por ocupar el escaño que más les gusta, cual niño al llegar a la clase, mirando de sentarse lo más próximo posible a la maestra, ha sido el momento del juramento del cargo, si, ya sé que la Constitución permite agregarle coletillas de todo tipo, según le parezca a cada uno por sí.

Pero, a mi modesto entender, el acto de un juramento es lo suficientemente serio y solemne como para hacerlo con la máxima seriedad y rigor, mostrando toda nuestra ética y dignidad al hacerlo.

Cosa que pienso que no han hecho muchos de las/los Sras.  y Sres. Diputadas/os, que solo juraban por lo que a ellos les parecía bien, sin tener en cuenta, que ese cargo, lleva implícito la representación de todos y absolutamente todos los españoles, no solo la representación del grupo minoritario de electores que los ha elegido a ellos. Y digo grupo minoritario, porque, en el mejor de los casos, los que han elegido a estos Sres./as Diputados/as, son un porcentaje del 2,5% de la totalidad de los que tenemos derecho al voto, según nuestra legislación vigente.

Por eso me parece una falta de respeto al resto de los electores que estos/as Sres./Sra. Diputados/as, juren el cargo solo cómo y por lo que a ellos les dé la gana menospreciándonos a todos los demás.

Aunque lo podría llegar a entender, ¡Haciendo un esfuerzo!, pero bueno…

Lo entendería, si al llegar el fin de mes y con él, la hora de recibir sus nóminas mensuales, el importe de estas, ascendiera al montante en razón al porcentaje de los votos recibidos.

Si, ya sé lo que me va a decir. Hacer eso seria discriminarle a usted, respecto al resto de diputados mayoritarios y, por ende, a sus electores. Pero… ¿No está usted, Sr./as Diputado/a, cuando hace su particular juramento discriminando al resto de electores, por los que usted no jura?

La pregunta que yo le haría es la siguiente: ¿Acaso su principesco sueldo se lo pagan solamente sus electores? 

Tengo entendido que no, que, a todos ustedes, Sra. y Sres. Diputadas/os, su principesco sueldo se lo pagamos entre todos los que componemos este bendito Estado llamado España, tanto personas físicas como jurídicas en forma de impuestos.

Por estos hechos y otros muchos que se me quedan en el tintero ya que de enuméralos todos, harían que esta misiva fuera interminable, es por lo que ¡SIENTO VERGÜENZA AJENA!

Sin más por ahora, me despido de sus Señorías, deseándole fervientemente que realicen su labor lo mejor que sepan y puedan, pues ello redundará, sin duda alguna, en beneficio de nuestro Estado del Bienestar.

Les pido disculpas por anticipado, Sra. Sres. Diputados/as, si con estas humildes letras han podido llegar a sentirse ofendidos. No ha sido esa mi intención, ya que solo he pretendido -como digo al principio- expresar libremente mis sentimientos.

Quedando a su entera disposición.

Reciban mi más cordial saludo.

Que Dios, o quien sea, tenga a bien guardarles durante muchos años.



Pera H.


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