martes, 21 de marzo de 2017

Debate


DEBATE

REFLEXIONES PARA LA SRA. SORAYA RODRIGUEZ



Barcelona 20/03/2017

A/A. Sra. Soraya Rodríguez



Estimada Sra.

Por medio de la presente, es un placer el poder dirigirme a Ud. con el fin de poner en su conocimiento las humildes y probablemente desacertadas reflexiones a las que he podido llegar -por desgracia para mí, no soy una persona tan preparada e instruida como Ud.- después de haber presenciado con expectación, como no podía ser de otra forma, el vivo e interesante debate que ha mantenido Ud. conjuntamente con sus compañeros de partido apropósito de la campaña que están ustedes llevando acabo para la elección de un nuevo líder para el partido socialista.

No voy a referirme a todos los puntos, que ustedes tuvieron a bien hacer objeto de debate, en el que expresaron, cada uno de ustedes, los argumentos que consideraron más adecuados, según sus puntos de vista. Por cierto, muy respetables todos ello, claro está

Solo me voy a detener, en un par o tres de esos puntos, en los que puso Ud. especial énfasis, o al menos eso me pareció a mí. Discúlpeme si estoy equivocado.

Afirmó Ud. que, en el partido socialista, no es un partido “Caudillista”.

Siento tener que decirle, que no es esa mi percepción, permítame por tanto que reflexionemos un poco sobre esta cuestión, haciendo un poco de historia.

Ud. sabe, mejor que yo y mejor que muchos militantes, que eso no es del todo cierto, el Psoe, tubo y sigue teniendo su “Caudillo”.

Un “Caudillo”, que, si bien es cierto que llevo al partido, a vivir una de las épocas más gloriosas de nuestra historia moderna, con el paso del tiempo, empezó a creerse que era el elegido de los Dioses y que ostentaba el cargo de presidente por la gracia de Dios, como se auto alababa el otro “Caudillo” que sufrimos durante cuarenta años.

Este “Caudillo” moderno, se volvió tan narcisista, que se olvidó por completo, de que, no eran los Dioses los que le habían aupado al trono, sino los miles de votantes que creyeron en sus palabras y promesas, las mismas que fue olvidando y dejando de cumplir a la par que se alejaba cada día, más y más, de quienes, en él habían confiado.

Las consecuencias de su irresponsable conducta se tradujeron, en un declive que se fue acentuando con el tiempo y que aún hoy en día continúa azotando inexorablemente al partido socialista.

Como Ud. debe conocer, -ya que, como le he dicho, considero que tiene Ud. una amplia cultura y preparación, que para mí ya quisiera- todos los “Caudillos”, se rodean de personas más o menos serviles, o abrazafarolas- como decía un periodista famoso de mi época- que están siempre dispuestos a rendirle pleitesía y a perder el culo-como se dice vulgarmente- cada vez que su “Caudillo”, toca a arrebato cuando este se huele que su trono puede estar en peligro.

Fue después de uno de esos toques de alarma general, allá por el mes de octubre pasado, cuando los abrazafarolas, al escuchar el silbato, acudieron con presteza y dedicación plena, a socavar la autoridad del jefe del partido que los militantes habían elegido de forma legal y honesta.

Por ese motivo me veo en la obligación de rechazar de plano y con contundencia su afirmación de que su partido no es “Caudillista”, puesto que los hechos me demuestran todo lo contrario.

En otro momento, se refirió Ud. -y con orgullo ¿Legitimo? - decía que, se refirió Ud. a las muchas leyes que han mejorado la situación de nuestros compatriotas.

No estaría de más, que hiciéramos un poco de memoria y reflexionáramos un momento sobre esta cuestión.

Si bien es cierto que, se consiguieron avances significativos en muchas materias, los mismos se fueron diluyendo a la misma velocidad que los dirigentes de su partido se empezaron a considerarse, por encima del bien y del mal.

Le sugiero que pregunte, si es que Ud. no está enterada o no las recuerda, por leyes tan primorosas como, la de la “Patada en la Puerta” o… la de la “Reforma Laboral” que obligo a los sindicatos mayoritarios -Alguno de ellos de claro tinte socialista- a convocar una huelga general, con el fin de defender los derechos laborales, que los trabajadores habíamos conquistado a base de lucha.

Estas, son solo un par de ejemplos de las leyes de las que tanto presumen ustedes las cuales me he permitido recordárselas, con el fin de ayudarle a Ud. y a sus compañeros de correrías, a reflexionar para ver si consiguen averiguar el declive en el que está sumergido su partido.

Recriminaba Ud. -eso lo saben hacer muy bien- al jefe defenestrado, no solo que perdiera dos elecciones, sino que, para colmo, no fue capaz de articular un pacto de gobierno, no voy a entrar a analizar por qué no lo pudo lograr, sería muy largo de explicar y esta carta no considero que sea el espacio más adecuado para ello.

Lo que si hare será mencionarle un ejemplo práctico, que estoy seguro que va a entender fácilmente.

Se trata de lo siguiente: Convendrá conmigo en que, a ningún panadero se le puede pedir que nos haga un sabroso y tierno pan blanco, si lo que le proporcionamos para que nos lo haga, es harina de maíz y una levadura rancia y agria.

Pues esos, fueron los ingredientes que se le facilitaron, a quienes recibieron el encargo de negociar el susodicho pacto de gobierno.

 No obstante, siguen Ud. recriminado, que quisiera pactar con los que, según ustedes quieren hacer saltar el país por los aires, al ser partidarios de una consulta a los ciudadanos, mientras que los mismos que articulan esas críticas, ocupan sillones presidenciales gracias a su apoyo.

De verdad, me recuerdan ustedes al gallo de Morón, que estaba sin plumas y cacareando. 

Se me quedan muchas cosas en el tintero, tales como la falta de democracia en su partido, ese intento tan bajo y rastrero de controlar la financiación de algún candidato, la falta de transparencia en la financiación de eventos de otros presuntos candidatos/as, la falta de claridad en el censo, la falta de diligencia en la convocatoria de las elecciones primarias y el congreso…

En fin, no quiero cansarle más con estas aburridas e irreverentes letras, así que de nuevo le reitero que ha sido un placer el dirigirme a Ud. y le pido disculpas anticipadas si algunas de mis palabras las considera Ud. ofensivas, le aseguro, que nada está más lejos de mi intención.

Quedando a su entera disposición, me despido de Ud. hasta otra ocasión enviándole con la presente, mi más cordial saludo.

Firmado:

Pera H.

       









  

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