sábado, 8 de junio de 2019

MONARQUÍA O REPÚBLICA... ¿DEBATE OBSOLETO?




MONARQUIA O REPÚBLICA

¿DEBATE OBSOLETO?

En estos tiempos tan cambiantes, tanto en lo técnico -lo que ayer era tecnología punta, hoy se ha quedado obsoleto- como en lo político, las opiniones de hoy, mañana se cambian si sentir el más mínimo rubor.

Estamos asistiendo últimamente a debates, más o menos intensos, sobre el sistema político que rige los destinos del Estado Español, en el que vivimos y realizamos nuestras acciones diarias encaminadas a llevar a buen término las necesidades que nos plantea el hecho de vivir cada día.

Todos sabemos o deberíamos de saber, que el susodicho sistema, es la Monarquía Parlamentaria, controlada por una carta Magna llamada la Constitución de 78, aprobada por una abrumadora mayoría del pueblo español.

Con reiteración se están levantando cada día nuevas voces pidiendo el desmantelamiento de dicho sistema político y en su lugar instaurar otro en forma de República, que en nuestro caso como país sería la III. 

Por los reclamantes de instaurar este último sistema político en nuestro país, se dan distintos argumentos, tales como que las Monarquías son unas instituciones arcaicas propias de siglos anteriores, no aptas para los tiempos modernos en que vivimos. Que fomenta la corrupción del sistema, por ser esta, una de sus características, tendiendo a tapar los desmanes que se cometen dentro de la corte. Otro de los argumentos esgrimido por sus detractores, es que, para las monarquías, los ciudadanos no somos tales, si no, que somos considerados súbditos o vasallos de los nobles que integran la institución, negándonos por ello los derechos más elementales e inherente a la condición de persona.

Sin embargo, estos mismos detractores, se deshacen en loas y halagos en favor del sistema republicano.

Argumentan que este sistema es mucho más correcto y justo que la monarquía, ya que reconoce a las personas como tales, preservando, defendiendo y aplicando los derechos humanos que lleva aparejado el hecho de ser persona.

Otra de las razones sobre la que descansa su petición, es que, a diferencia de la monarquía cuyos miembros heredan la jefatura de los territorios sobre los que reinan, sin que el pueblo pueda intervenir en la consecución de esta de ninguna manera.

Mientras que en un régimen republicano es el pueblo el que decide con sus votos, quien será el que ostentará la jefatura del Estado.

Por el contrario, los monárquicos, se deshacen en loas sobre la misma, argumentando que la institución proporciona estabilidad al sistema gubernamental del país donde rige la monarquía.

Que la figura Real, representada por el Rey, es respetada por cuanto representa la unidad de la nación y es el símbolo de los distintos poderes del Estado y por lo tanto el encargado de que todos ellos funcionen con normalidad en bien de todos los habitantes del reino.

Que remontarse a los tiempos en que los nobles y los reyes consideraban a los ciudadanos cono súbditos o vasallos y que tenían derecho de pernada, no tiene sentido alguno, por cuanto esos derechos estaban totalmente abolidos y era inverosímil que algún miembro de la realeza pudiera hacer uso de ellos.

E incluso ya no rige la norma aquella de que los nobles no podían emparentar con los plebeyos, sino que, solo podían desposarse con los miembros de su misma categoría.

    Ejemplos de ello lo tenemos en las distintas monarquías que existen en la actualidad en Europa. 

Es después de escuchar a unos y a otros, en favor y en contra, cuando empiezo a reflexionar y me hago la pregunta… ¿MONARQUIA O REPÚBLICA?

Y llego a la conclusión de que este es un debate obsoleto.

Me explicare, creo que no hay un sistema político para la gobernación de un país, que sea perfecto.

Todos tienen sus pros y sus contras.

Para entender esto hare uso de un ejemplo que me puso en una ocasión una persona muy reflexiva a la vez que humilde e importante en mi vida, de la que aprendí muchas cosas, mi padre.

Él un día hablando sobre estas cosas me dijo: Mira, todos los políticos miraran de aprovecharse de ti, solo que unos más que otros.

Si te sientas a comer aceitunas con un político, que defiende el sistema capitalista, él procurara por todos los medios comérsela todas y que tú no te comas ninguna.

Si te sientas con un político, que defienda el sistema socialista, él procurara por todos los medios, comerse dos mientras que tú te comes una.

Y si te sientas con un político, que defienda el sistema comunista, es cierto que él, se comerá una y tú otra, pero él siempre procurara comerse la más gorda y que tú te comas la más menuda.

Si tenemos presente estas tres reglas, ¿Por qué sistema nos decantamos?

A ni corto entender la respuesta está clara.

¡Por el menos malo! Lo cual te lleva automáticamente a otra pregunta… ¿Cuál es el menos malo?

Aquí la respuesta ya no se me antoja tan sencilla, dependerá del sentir de cada uno.

Para mí el menos malo, es aquel que te permite realizarte como persona según tus aptitudes e inquietudes.

El que te permita comerte la aceituna que elijas mientras vigilas que tu contrincante no se coma más de las que les corresponden. Ni te deja las más menudas o el plato limpio.

Pienso que el sistema que debe imperar sobre los demás es el que garantice un Estado De Bienestar que de satisfacción a las necesidades básicas de cuantos individuos lo componen.

El nombre del sistema político que se aplicable en la nación de ser ese, Estado del Bienestar y luego pónganle el apellido que quieran, Monarquía o República, me da igual.

Solo les pongo una condición, tanto a un régimen como al otro. La ineludible obligación de preservar y mejorar el bienestar de sus súbditos o ciudadanos.

Algo que no podrán eludir bajo pena de abolición del régimen imperante y el cese automático de cuantos los componen.

Puede parecer una simpleza el no decantarse por un u otro régimen, yo no lo veo así, por cuanto, como he dicho anteriormente procuro valorara los defectos y virtudes de los regímenes que nos ocupan.

De Repúblicas tipos la Federal Alemana, la -hasta hace relativamente poco tiempo- Unión de Repúblicas Soviéticas, Azerbaiyán, Blangladesh, Venezuela, Chad Corea del Norte, China…

Y de republicanos, tipo Hitler, Stalin, Mussolini, o de estos más actuales como Trump, Maduro, Salvini… me libre Dios o quien sea y como sea.

Como también, me libre Dios o quien sea, de monarquías y monárquicos tipo Arabia Saudí, Brunéi, Marruecos y otras de las muchas por el estilo que existen en distintos continentes.

Sean bienvenidas monarquías o repúblicas tipos como las existentes en Europa, que al menos sin ser perfectos, ambos regímenes están articulados de manera que, mediante ellos, se consigue un Estado de Bienestar bastante o muy aceptable en su conjunto que es, al fin y al cabo, el deseo de la mayoría del común de los mortales. 

En resumidas cuentas, el verdadero debate, hoy en día, creo que no es el de monarquía o república, sino que, sobre lo que debiéramos debatir largo y tendido es en como podemos hacer que el Estado del Bienestar sea sostenible y duradero para que nuestros descendientes tengan un presente próspero y tengan la seguridad de que sus necesidades futuras están bien cubiertas.



   

Autor: Pera H.

Fecha: junio de 2019

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